La cría de estas demoniacas criaturas esta prohibida desde la edad media, aunque la práctica se puede ocultar fácilmente sacando el huevo que estaba debajo del sapo. Puesto que nadie puede controlarlos excepto los hablantes de pársel, los basiliscos resultan tan peligrosos para los magos tenebrosos como para cualquier otro.
El canto de un gallo puede llegar a ser mortal para un basilisco. Si una persona mira a los ojos del basilisco a través de algo (reflejo de agua, un espejo, un fantasma, una cámara de fotos...) no muere, si no que queda petrificado. Harry Potter lucho contra uno, controlado por Lord Voldemort, en la cámara de los secretos y lo mato clavándole la espada Godric Gryffindor de en el paladar.
NOTA: el la película "Harry Potter y la cámara secreta", Ron al mirar la piel mudada del basilisco en un túnel que conducía a la cámara, no dijo que mediría 15 metros, lo que dijo fue "Que pasada, el bicho que la halla soltado medirá 30 metros, por lo menos".
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